Manual de medicamentos
Llegué a la convicción de que todas las profesiones universitarias son lucrativas, en mayor o menor grado. Es esa una de las principales razones de que todos los que egresan de la educación media intenten obtener un título superior. Los sistemas capitalistas, catalogados también como democráticos, están diseñados para otorgar todo tipo de lucro, de oportunidades y de facilidades a los profesionales. La mayoría de ellos, de forma independiente, ocupan altos cargos en las empresas particulares o son altos funcionarios del Estado.
Pero a todas las personas que no somos profesionales y que tenemos ingresos menores nos molesta que los médicos que diagnostican las enfermedades y recetan mediante un vademécum tengan tanto poder gremial, económico y político. Ahora pretenden que todo medicamento sea vendido con receta médica. Hay que ir a un consultorio y pagar una consulta para obtener una receta. Se pierde tiempo y, por lo general, hay que soportar la mala atención. Me refiero sólo a algunos médicos, en especial a dos que además son legisladores, uno es presidente del Colegio Médico y pretenden crear una ley en este sentido.
El Estado democrático capitalista social de mercado no debería proteger tanto el lucro de los profesionales que ya tienen mucho poder económico, político y gremial. Deberían ayudar más a los menos poderosos, a los de menos ingresos económicos. En la compra de los medicamentos, sí estoy de acuerdo con que los organismos del Estado controlen el contenido químico del medicamento.
También el Ministerio de Salud debería tener una página en internet con información actualizada de los medicamentos, su forma de usar, los peligros de interacción con otras sustancias químicas, sicotrópicas o alimenticias. Con esta información y con un portal dedicado a informar acerca de los medicamentos y si fuese posible incluir también los suplementos alimenticios, alimentos en general y sus propiedades, medicamentos naturales con su composición bioquímica y su acción electrobioquímica en el organismo humano, entre otras cosas. Tengo el convencimiento de que la mayoría de los individuos, que somos de bajos ingresos monetarios, sí tenemos los conocimientos básicos y la inteligencia como para ser capaces de discernir sobre la base de esta información cuál es el medicamento adecuado para controlar y/o sanar nuestras enfermedades.
Apolonio Zuleta Navarro
Coquimbo"
Llegué a la convicción de que todas las profesiones universitarias son lucrativas, en mayor o menor grado. Es esa una de las principales razones de que todos los que egresan de la educación media intenten obtener un título superior. Los sistemas capitalistas, catalogados también como democráticos, están diseñados para otorgar todo tipo de lucro, de oportunidades y de facilidades a los profesionales. La mayoría de ellos, de forma independiente, ocupan altos cargos en las empresas particulares o son altos funcionarios del Estado.
Pero a todas las personas que no somos profesionales y que tenemos ingresos menores nos molesta que los médicos que diagnostican las enfermedades y recetan mediante un vademécum tengan tanto poder gremial, económico y político. Ahora pretenden que todo medicamento sea vendido con receta médica. Hay que ir a un consultorio y pagar una consulta para obtener una receta. Se pierde tiempo y, por lo general, hay que soportar la mala atención. Me refiero sólo a algunos médicos, en especial a dos que además son legisladores, uno es presidente del Colegio Médico y pretenden crear una ley en este sentido.
El Estado democrático capitalista social de mercado no debería proteger tanto el lucro de los profesionales que ya tienen mucho poder económico, político y gremial. Deberían ayudar más a los menos poderosos, a los de menos ingresos económicos. En la compra de los medicamentos, sí estoy de acuerdo con que los organismos del Estado controlen el contenido químico del medicamento.
También el Ministerio de Salud debería tener una página en internet con información actualizada de los medicamentos, su forma de usar, los peligros de interacción con otras sustancias químicas, sicotrópicas o alimenticias. Con esta información y con un portal dedicado a informar acerca de los medicamentos y si fuese posible incluir también los suplementos alimenticios, alimentos en general y sus propiedades, medicamentos naturales con su composición bioquímica y su acción electrobioquímica en el organismo humano, entre otras cosas. Tengo el convencimiento de que la mayoría de los individuos, que somos de bajos ingresos monetarios, sí tenemos los conocimientos básicos y la inteligencia como para ser capaces de discernir sobre la base de esta información cuál es el medicamento adecuado para controlar y/o sanar nuestras enfermedades.
Apolonio Zuleta Navarro
Coquimbo"
Fuente: La Nación 03/03/2008
Con Fecha 10 de marzo, se publica la réplica del Presidente del Colegio Químico Farmacéutico.
Manual de medicamentos
En la carta “Manual de medicamentos” (La Nación, 03/03/2008), Apolonio Zuleta manifiesta su desacuerdo con solicitar un diagnóstico médico y la respectiva prescripción de receta con la terapia farmacológica indicada. Sostiene que el Estado fomenta el lucro de los profesionales y propone un portal con información sobre medicamentos, suplementos alimenticios y alimentos, señalando: “Sí, tenemos los conocimientos básicos y la inteligencia como para ser capaces de discernir sobre la base de esta información cuál es el medicamento adecuado para controlar y/o sanar nuestras enfermedades”.
Como presidente del Colegio de Químicos Farmacéuticos de Chile, es un deber aclarar que si bien los medicamentos resultan imprescindibles para la recuperación de la salud, no puede olvidarse que también causan reacciones no deseadas e interactúan con otros medicamentos, alimentos y sustancias. Por esta razón, debe ser recetado por un médico y dispensado en la farmacia, que cuenta con un químico farmacéutico.
El farmacéutico es el profesional experto y capacitado para instruir al paciente sobre el uso correcto de estas sustancias. Su indispensable presencia y consejo gratuito en la farmacia garantiza que la dispensación se realice de forma correcta y oportuna con el objetivo de alcanzar los efectos farmacológicos y sanitarios esperados. Los farmacéuticos lamentamos que aún no contemos en Chile con una “cultura sobre medicamentos”. Urge crear conciencia en la comunidad respecto de la inviolabilidad de la receta y del respeto a la condición de la venta. No existe ningún medicamento inofensivo. Toda persona es susceptible de sufrir alguna reacción adversa. Las estadísticas internacionales dan prueba del alto porcentaje de hospitalizaciones, intoxicaciones, tasas de mortalidad, accidentes y gasto público derivado del abuso de los medicamentos y de la automedicación; incluso, de los graves efectos causados por medicamentos que en el país no requieren receta médica que podrían llevar a la muerte.
La orden farmacéutica defiende el acceso universal a los medicamentos de calidad, seguridad, eficacia demostrada y a un precio razonable. Sin embargo, el acceso a ellos, en ningún caso debe pasar por prescindir del diagnóstico, prescripción y dispensación por los profesionales idóneos y reconocidos para enfrentar estas responsabilidades.
Elmer Torres Cortés, Presidente del Colegio de Químico Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile.
Fuente: La Nación 10/03/2008
Elmer Torres Cortés, Presidente del Colegio de Químico Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile.
Fuente: La Nación 10/03/2008
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